

Con base en 15 meses de investigación etnográfica en Colombia de 2011 a 2014, por medio de observación participante y la realización de 49 entrevistas, se exploró la relación entre estas prácticas encarnadas en el espacio y la resistencia de la comunidad al desplazamiento forzado, así como su proyecto de construcción de paz.

Este artículo examina las peregrinaciones conmemorativas que los miembros de la Comunidad de Paz realizan a los sitios de masacres y las piedras que pintan con los nombres de las víctimas.

Sin embargo, ¿cuál es la contribución real del ejercicio de la memoria con base en un lugar a la construcción de paz por parte de los movimientos sociales? La Comunidad de Paz de San José de Apartadó es un grupo de agricultores a pequeña escala con sede en Urabá, región colombiana devastada por la guerra. Los estudiosos de la memoria han demostrado cómo esta es una práctica encarnada y material con el potencial de generar futuros posibles más justos y que la paz es un proceso politizado y específico al contexto.
